Dicen que asolaba los alrededores de la villa un dragón feroz y terrible, que poseía las facultades de caminar, volar y nadar, y tenía un aliento espantoso, hasta el punto que desde muy lejos con sus bocanadas envenenaba el aire, y producía la muerte de todos los que lo respiraban. Era el terror de los rebaños y de las personas y por toda aquella comarca reinaba el terror más profundo.
Los habitantes pensaron que si le daban cada día una persona que le serviría de toma, no haría el estrago a diestro y siniestro. De hecho, la leyenda dice, que el sistema les salió muy bien, pero lo que era realmente complicado, era de encontrar una persona que cada día se dejara comer por aquel monstruo. Todo el vecindario decidió pues, de hacer cada día un sorteo entre todos los habitantes de la villa y que aquel que destinara la suerte sería entregado a la "simpática" fiera. Así se hizo durante mucho tiempo y el monstruo se debía sentir satisfecho, ya que dejaba de hacer los estragos y maldades que había hecho antes. Pero ... he aquí que un día, la suerte quiso que la hija del rey fuese la destinada. La princesa Cleodolinda era joven, bella, delgada ... hubo ciudadanos que se ofrecieron para reemplazarla, pero el rey fue severo e inexorable, y con el corazón lleno de dolor, dijo que tanto era su hija como la de cualquiera de sus súbditos y se avino que fuera sacrificada .
La doncella salió de la ciudad y ella sola se dirigió hacia el lago donde residía la fiera, mientras todo el vecindario, desconsolado y afligido, miraba desde la muralla como se iba al sacrificio. Pero el caso fue que, cuando fue un poco allá de la muralla, se le presentó un joven caballero, cabalgando un caballo blanco, y con una armadura dorada y reluciente. La doncella, toda preocupada, le dijo que huyera rápidamente, ya que por allí rondaba un monstruo que en cuanto lo viera se lo comería. El caballero le dijo que no temiera, que no le iba a pasar nada, ni a él ni a ella, ya que había venido expresamente para combatir la fiera y así liberar del sacrificio de la princesa, así como en la villa de Montblanc. La fiera, salió de repente con gran horror de la doncella y con gran gozo del caballero.
Comenzó una intensa pero breve lucha, hasta que el caballero le clavó una buena estocada con su lanza, que dejó malherida a la terrible bestia. El caballero, que era San Jordi, ató el monstruo por el cuello y la dio a la doncella para que ella misma la llevara a la ciudad, y la fiera siguió toda mansa y atemorizada. La leyenda cuenta incluso, que los habitantes de la villa habían visto toda aquella gesta desde la muralla y que recibió con los brazos abiertos a la doncella y el caballero. En la plaza mayor de la villa, los lugareños acabaron de rematar aquel feroz animal. De la sangre que salió, surgió rápidamente un rosal, con las rosas más rojas que la princesa hubiera visto nunca, rosal del que el joven caballero cortó una rosa y le ofreció a la princesa. Se dice que el rey quiso casar a su hija con San Jordi, pero que éste le replicó diciendo que no la merecía y que su visita en aquella villa era porque había tenido una revelación divina sobre la necesidad urgente de salvar aquella villa del monstruo. Recomendó al rey ya sus vasallos que fueran buenos cristianos y que honraran y veneraran Dios tal como merecía. Desapareció misteriosamente como había llegado.
Os deseo un Feliz día de San Jordi.
Espero que os regalen muchos libros y muchas rosas.
Un besazo enorme.
Meri.
Que preciosidad de galletas!!! un regalo perfecto. Besos.
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